viernes, 20 de enero de 2017

EL PRIMER VIAJE FUERA DE SANABRIA




         EL PRIMER VIAJE FUERA DE SANABRIA

Uno, yo, tengo una querencia especial por La Alta Sanabria, incluso por Sanabria en general. A pesar de llevar viviendo bastante más de la mitad de mi vida, aprendiendo de tierras y costumbres distintas, lo de ser Xabrés, “marca”. Ya lo creo que marca.
Desde que apareció Sanabria:memoria del siglo XXI, me ha gustado la idea, y he tomado la decisión de escribir una especie de autorrelato o autobiografía, como queráis llamarle, donde intentaré contar, mis vivencias “xabresas” y las sufridas por un “xabrés” a lo largo de su, hasta ahora, existencia,
Las cosas, cuando se inician, siempre se deben empezar por el principio, es lo que voy a pretender hacer, aunque no siempre siga el orden cronológico de los acontecimientos.
Esta primera historia o relato, comienza cuando los hados deciden que un Altoxabrés, inicie una formación, hasta la fecha reservada solo a los que la empezaban en los seminarios de la época, otro tipo de formación en nuestra comarca solo estaba al alcance de los que habían ganado la guerra y a los buenos contrabandistas, cosa que no era el caso.
Los representantes de los hado habían decidido que el Xabrés de la Alta Xeabra, debería iniciar su formación fuera de la comarca, cocretamente en la comarca de La Vega conocida como Benavente.
La primera experiencia de la deslocalización, referida después de sesenta años mas tarde, es cuando menos cómica por no decir trágica.
El lugar de origen era San Cirpián de Hermisende, y es aquí donde comienza la odisea de un chaval de once o doce años.
La condición, sine qua non, para poder estudiar en aquel centro, debía llevar ropas de cama. Los frailes no acostumbraban a tener sabanas y demás utensilios para poder dormir, solo ponían los somieres encima de cuatro patas, el resto era cose del alumno y de su familia.
Llega el día de la incorporación. Mi padre pide prestada una burra, nosotros no teníamos, para desplazarnos con la pequeña maleta y la colchoneta enrollada con las sabanas y mantas que deberían servir para pasar las noches en sabe Dios donde.
El primer viaje, en burra, era hasta Lubian, donde deberíamos coger el tren correo que hacia el trayecto de Orense a Puebla de Sanabria, donde deberíamos dormir hasta el día siguiente .
Después de pasar la noche en la Venta de Pichiriche en casa de un primo de mi padre, nos ahorrabamos la dormida en casa de Las Moranas. Los dineros eran escasos en la casa de un carpintero.
A la mañana siguiente debíamos coger un autobús, que nos llevaría hasta Mombuey, donde había que hacer transbordo a otro, por la tarde que nos llevaría hasta Benavente, con toda nuestra carga de traperos.
Un trayecto que hoy, yo hago en una hora y cuarto, de aquella había que invertir día y medio, mas el tiempo de regreso del acompañante, nos llevaba a mas de dos días.
Como veis, este fue el primer contacto con un mundo totalmente desconocido por mi.
De la estancia en el centro de formación y sus vicisitudes hablaremos otro día.
Ahora me conformo con dejar constancia con como eran las comunicaciones en nuestra comarca en aquella época.
Eso sí, los viajes no daban tiempo al aburrimiento, sobretodo cuando se iba descubriendo un mundo detrás de las montañas que nos cobijaban cuando nacíamos.
Falaremos do mundo estudiantil prieiramente coñecido, pero ó mellor en galego-xabrés.