miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡SOLO CONJETURAS, MIAS!


Miércoles catorce de Septiembre de 2011, después de estar trabajando en la limpieza de la bodega, tinajas, pipas, estrujadores  y demás aperos necesarios para la transformación de los racimos de Tinta Madrid, Mencia, Merenzao, Tempranillo, Verdejo, Malvasía, y algo de Tinta Roiriz, me fui a comer.
 No hablo de los frutos de la tierra que he comido, porque no quiero que nadie sufra un exceso de jugos gástricos al leer los nombres de esos frutos cosechados en el Vergel de A Porteliña. Por menos a veces los infartos se ceban con el personal.
 Después de todo eso, me acerco a la antigua escuela, donde por gentileza del Ayuntamiento, mejor dicho, de su corporación, puede uno acceder a Internet.
 Estaba yo en esas, mirando la prensa, blogs de amigos, facebook y demás servicios de comunicación, y pensando en como la cosa ha evolucionado. En esta misma escuela que un servidor de ustedes ayudó a construir, haciendo de pinche para los albañiles que la levantaban, allá por los años sesenta del siglo pasado. ¿Quién nos iba a decir a todos nosotros que un día se podía ver aquí la TV.o navegar por eso que se llama la Red.
 Siempre he dicho que mi generación ha pasado sin solución de continuidad de la época del arado romano a la de los viajes a la luna y más.
 Siento un ruido, fuera de la escuela, me asomo y veo un coche de la G. Civil. Se baja un guardia, y se acerca a mí preguntándome si sé algo de los incendios que por aquí han sido. Le pregunto que si está ardiendo por algún sitio. Me dice que no, los de días pasados, dice.
 Le contesto que no sé nada, paro al miso tiempo pienso: “ A buenas horas mangas verdes”.
 De todas formas mas vale tarde que nunca, si la investigación es buena y descubren los incendiarios o incendiario, buena sea.
 Le digo que aquí ya no queda nadie con piernas, que ponga fuego. También digo mis sospechas sobre los mismos.
 Como le he dicho a él, en los incendios que yo tuve la oportunidad de sufrir, siempre, siempre, la aparición de los helicópteros y las avionetas contra incendios fueron de una rapidez rayana con lo increíble. Como si estuviesen con los motores en marcha, y dispuestos.
 Otra casualidad que descubrí fue la de observar una avioneta o helicóptero de reconocimiento ya antes de media hora descubrir humo. ¡Siempre detrás del humo suele haber fuego!.
 ¿Será la crisis que nos quiere achicharrar, antes de devorarnos?

4 comentarios:

  1. Sorte coa vendima xa que non a hai cos incendios.

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  2. Es cierto, Xabres. Ahora parece que lo están esperando; que sea para bien.
    Yo recuerdo hace no muchos años un incendio que a punto estuvo de arrasar mi pueblo. En tiempo de majas, imagínate. La primera "autoridad" - un sólo guardia civil - apareció cerca de las cuatro de la mañana, unas ocho horas después de que se tocasen las campanas y el fuego casi metido en las casas. Entonces había vecinos suficientes para luchar contra los incendios.
    Abrazos.
    Pd. Yo también estoy leyendo "El hombre que hablaba dificil", por cierto

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  3. Paideleo:O da miña vendima é solo unha ilusión.Son as castes que había(Olvideime de algunha). Coido que, desde os sesenta do século pasado, xa non se fai viño. As viñas morreron comidas polas silveiras e as parreiras caeron por falta de man de obra.
    Esperemos que non teñan, as novas xeracións, que recuncar nos eidos aqueles, levarian-no moi fodido.
    ¿Como vai Leo e a nova Heredeira?

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  4. Amigo Xibeliuss: Lo de los incendios por nuestra tierra ya es provervial, lo de apagarlos otra cosa, y la investigación otra. Tres ideas, son lo que hacen que esto vaya a más.
    Creo que los del Seprona se acercaron por allí, porque el día de antes, salió un comentário en la Opinión. Algún político debió de decir ¿Que pasa?,y ¡a buscar culpables.!
    Nunca me he dedicado a la investigación, pero si se busca y hay quien sale beneficiado una y otra vez:Blanco y en botella=leche.
    Oye lo de El Hombre que hablaba raro, está muy currado y tiene todos mis respetos. Ojalá esté, Brandariz, en lo cierto. Habrá que invitarlo a una "cogumelada".
    Unha aperta.

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