viernes, 17 de diciembre de 2010

¡Peligro!, deriva peligrosa


 Hoy, a las trece horas, he entrado en el bar de costumbre a tomar el vino de costumbre.
 Entro, me pongo en la parte final del mostrador, solicito un vino de los Arribes del Duero y un platito de jamón ibérico curado en la sierra cerca de Peña Trevinca. Por si alguien no lo sabe, siguiendo el sendero de la Laguna de los Peces, en dirección al pico mencionado, hay un viejo casón que engaña mucho. Parece una casa de vaqueiros de alzada, pero en realidad es un curadero de jamones ibéricos.Si pasáis por allí, no se os ocurra intentar entrar; hay mastines leoneses con ganas hincar el diente.
 Como decía me pongo en mi esquina favorita, desde la que domino todo el bar Metropol, y saboreo el estupendo jamón y el vino.
 Está la mujer del propietario, que es la encargada de sellar las quinielas y vender lotería, su marido, cuatro parroquianos. La tele dice cosas.
 En la TV, hablan de la reforma de la ley de pensiones. 65 años, 67, se acaba la pasta, en el 2040 no habrá pensiones si no hay reforma, etc., etc., etc..
 Un líder sindical protesta, más o menos dice que para aprobar la ley, tendrán que pasar por el cadáver de sus afiliados. La oposición que ella lo haría mejor, quitaría las pensiones y dari el dinero del fondo y de las ongs a la patronal, pués son los que crean trabajo. Otro partido que tururú que te vi que si es por ellos reparten todo y que trabajen los inmigrantes, les llega con la comida y agua porque en su tierra no hay.
 Dice la mujer del cantinero: lo que pasa es que estamos mal acostumbrados, queríamos vivir sin trabajar, todos a vivir del cuento y eso se ha acabado.
 Otro dice que hay que sacarle la pasta a los patronos, pués se la llevan cruda y viven de las subvenciones y de los dineros que sueltan los gobierno autónomos para formación de trabajadores y se queda en fornicación de los que no trabajan.
 La culpa la tienen los trabajadores, dice otro, trabajan poco, se dan de baja, y buscan otro choyo encubierto, no cotizan y otros que han ido al paro no quieren trabajo, pués hacen lo mismo.
 Que no, carajo, dice otro, lo que pasa es que los gobiernos han permitido las jubilaciones anticipadas y eso es una sangría, pués nadie quiere volver a trabajar, pués con el subsidio y la huerta, viven como agricultores franceses.
 ¡Haría falta una mayor concienciación en la gente, y que nadie abusara de los fondos sociales, pués al final perjudica a todos, dice mi amigo el que piensa que con conciencia y hablando se arreglan las cosas.
 De una mesa en el rincón mas oscuro se levanta un elemento desconocido, lleva corbata a rayas, traje de modisto de moda, camisa de “popelín”, zapatos italianos, y una pequeña afectación en toda su estampa y con voz alta y aflautada dice: lo que hace falta es un caudillo. Como Franco, que desde que se marchó se le echa de menos.Todo el mundo calló.
 ¡DEMASIADO CALDO DE CULTIVO!. Digo yo, y que Zeus nos coja confesados, esta monserga la estoy escuchando con demasiada frecuencia, a gente que por su edad no tiene ni puta idea de quién era el marido de “La Collares”.

2 comentarios:

  1. No quiero ser alarmista, pero algunas cosas no me gustan nada.
    ¡No hay que olvidar que Hitler fué elegido en las urnas!

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