viernes, 12 de marzo de 2010

¡ADIOS MAESTRO!



Esta madrugada me he despertado muy temprano. Eran alrededor de las siete de la madrugada. La hora en que un cazador se levanta para prepararse par salir al campo con la Escopeta al hombro.
Me estaban esperando El Nini, El Senderitos y el Corto, cuando llegó El Azarías con su Milana sobre su hombro.
Me dijeron que era la hora de acercarse a Sedano, a acompañar a su creador a la última jornada de caza.
Yo encantado, salí sin dilación, y me decidí a llevar aquel perdiguero de Burgos llamado Sol. Había que dar lo mejor de uno mismo, nos esperaba el Maestro de Maestros, tanto en los lances cinegéticos como en la manera de relatarlos.
Llegamos a tiempo para decirle adiós. Nos dijo que se iba, pués hacia mucho tiempo que no veía a su mejer.
Le dijimos adiós, ges no queríamos que perdiera tiempo en volver a reunirse con ella.
Querido Maestro: ADIOS.

1 comentario:

  1. Sin compartir a afición pola caza, si comparto a túa pasión polas historias de Delibes, que seguramente viviu máis do que querería, porque seica dicía que os médicos aprenderon a prolongar a vida pero que non aprenderon a prolongala ben. Por non pensar só no mal que o pasou como viudo nunca resignado a perder a compañeira e como enfermo crónico, nestes últimos anos, creo que lle debemos recordo a través das fermosas historias que nos deixou. Marcha, pero déixanos tantas vidas e tantas aventuras para reler ou ler aínda por vez primeira que so podemos quedar eternamente agradecidos por tamaños regalos. Digámoslle ata sempre e volvamos ás súas páxinas. Apertas, xabrés

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